Proyecto de lengua y literatura 3
CUENTO
El Patito Feo
En una
hermosa mañana de verano, los huevos que habían empollado la mamá Pata
empezaban a romperse, uno a uno. Los patitos fueron saliendo poquito a poco,
llenando de felicidad a los papás y a sus amigos. Estaban tan contentos
que casi no se dieron cuenta de que un huevo, el más grande de todos, aún
permanecía intacto.
Todos,
incluso los patitos recién nacidos, concentraron su atención en el huevo, a ver
cuando se rompería. Al cabo de algunos minutos, el huevo empezó a moverse, y
luego se pudo ver el pico, luego el cuerpo, y las patas del sonriente pato. Era
el más grande, y para sorpresa de todos, muy distinto de los demás. Y como era
diferente, todos empezaron a llamarle el Patito Feo.
La mamá
Pata, avergonzada por haber tenido un patito tan feo, le apartó con el ala
mientras daba atención a los otros patitos. El patito feo empezó a darse cuenta
de que allí no le querían. Y a medida que crecía, se quedaba aún mas feo, y
tenía que soportar las burlas de todos. Entonces, en la mañana siguiente, muy
temprano, el patito decidió irse de la granja.
Triste y
solo, el patito siguió un camino por el bosque hasta llegar a otra granja.
Allí, una vieja granjera le recogió, le dio de comer y beber, y el
patito creyó que había encontrado a alguien que le quería. Pero, al cabo de
algunos días, él se dio cuenta de que la vieja era mala y sólo quería
engordarle para transformarlo en un segundo plato. El patito salió corriendo
como pudo de allí.
El invierno había
llegado, y con él, el frío, el hambre y la persecución de los cazadores para el
patito feo. Lo pasó muy mal. Pero sobrevivió hasta la llegada de
la primavera. Los días pasaron a ser más calurosos y llenos de colores. Y
el patito empezó a animarse otra vez. Un día, al pasar por un estanque, vio las
aves más hermosas que jamás había visto. Eran elegantes, delicadas, y se movían
como verdaderas bailarinas, por el agua. El patito, aún acomplejado por la
figura y la torpeza que tenía, se acercó a una de ellas y le preguntó si podía
bañarse también en el estanque.
Y uno de
los cisnes le contestó:
- Pues,
¡claro que sí! Eres uno de los nuestros.
Y le dijo
el patito:
- ¿Cómo
que soy uno de los vuestros?
Yo soy feo
y torpe, todo lo contrario de vosotros.
Y ellos le
dijeron:
-
Entonces, mira tu reflejo en el agua del estanque y verás cómo no te engañamos.
El patito
se miró y lo que vio le dejó sin habla. ¡Había crecido y se transformado en un
precioso cisne! Y en este momento, él supo que jamás había sido feo. Él no era
un pato sino un cisne. Y así, el nuevo cisne se unió a los demás y vivió feliz
para siempre.
FIN
FABULA
La gallina de los huevos de oro
¡Un huevo de oro!, exclamó el granjero admirando la proeza de su
gallina. Al día siguiente, otro huevo de oro, y durante toda la semana, y
durante todo el mes. Como es de esperar, el granjero se hizo muy rico en poco
tiempo, pero la avaricia se apoderó de su pensamiento, y quiso el muy necio
abrir a su gallina mágica para hacerse con todo el oro. Sin embargo, y como
sucede con toda empresa miserable, el granjero acabó perdiendo no sólo a su
maravillosa gallina, sino también toda la riqueza que había conseguido.
Moraleja: La avaricia solo nos lleva por caminos tortuosos
Mito la Madre de Agua
Es una verdadera diosa de las aguas,
aunque sus pies sean volteados hacia atrás no deja de ser bella, la Madre de
agua deja rastros a la dirección contraria a la que se dirige.
Esta mujer solo
persigue a niños, a quienes se le dirige con ternura, los enamora, los atrae
con dulzura y amor maternal, situación que preocupa a los padres de familia.
Los niños atraídos por la Madre de agua se enferman, sueñan con la hermosa
rubia que los adora y la llaman con frecuencia. Cuando los niños están cerca
del río, que escuchan su voz la siguen tirándose al agua con peligro.
Los campesinos creen
que la Madre de agua surgió de una bella joven española que se enamoró de un
joven indígena, con quien tuvo un niño. Cuando el padre de la joven se enteró
de lo sucedido, ahogó al niño frente a sus padres, luego mató al amante
indígena. La madre desesperada se lanzó al río, convirtiéndose en una
apasionada por los niños y vengativa de la humanidad.
Poema
Las estrellas fugaces
Miro el infinito cielo
y en él las lejanas estrellas
miles de ellas nos iluminan
pero solo las fugaces nos fascinan.
y en él las lejanas estrellas
miles de ellas nos iluminan
pero solo las fugaces nos fascinan.
Adivinanza
Somos más de una y salimos con la luna;
si te pones a contarnos te dejarás más de una.
LEYENDAS
La viuda del Tamarindo
El árbol permanece solitario. Sin registro ni nada que anuncie que esa especie es el centro de una tradicional creencia en Posorja, en Guayas. Es el árbol del tamarindo que según los abuelos de la zona fue el centro de encuentro de una bella mujer que encantaba a sus víctimas y al llegar a ese punto mostraba su verdadera figura: una calavera envuelta en ropa femenina.
Los residentes o personas que llegan de visitan recuerdan esta tradición oral como verídica. Pues en la zona muchos taxistas contaron que fueron testigos del hecho, generalmente la víctimas de la viuda del tamarindo eran borrachos que frecuentaban las cantinas de la zona, u hombres que se dirigían solos a sus viviendas.
ACERTIJOS
1.Si un gallo situado encima de un tejado pone un huevo y el viento va hacia la derecha, ¿hacia dónde caerá el huevo?
2. ¿Qué es lo que hace una vaca cuando sale el sol?
3. ¿Cuál es la estrella que no tiene luz?
4. ¿Cómo se saca un elefante de una piscina?
5. Un pato y un niño nacen al mismo tiempo. Al cabo de un año, ¿cuál es mayor de los dos?
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